A pesar de los avances registrados en materia de igualdad de género, las mujeres y las niñas continúan sufriendo discriminación y violencia en diversos lugares del mundo. Por esto, «lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y la niñas» es la meta fijada en el “Objetivo número 5” de la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030.

Según se plantea en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, la infancia tiene derecho a cuidados especiales. Este mismo organismo acordó, el 19 de diciembre de 2011, celebrar cada 11 de octubre el «Día Internacional de la Niña».

¿Por qué esta decisión?

Niños y niñas continúan siendo hoy poblaciones altamente vulnerables en diversas regiones del mundo. No obstante la firma y ratificación por 193 Estados de la Convención sobre los Derechos del Niño, los derechos de la población infantil se vulneran de forma desmedida, cuestión que se agrava en el caso de las niñas debido a la violencia de género.

En principio, son doblemente discriminadas: por edad y por sexo. Otros indicadores pueden incidir en una discriminación mayor: pobreza, etnia, raza. La violencia y discriminación contra las mujeres se inicia en la infancia, el ciclo se reproduce y la igualdad no se alcanza.

La iniciativa de las Naciones Unidas de celebrar el “Día Internacional de la Niña” apunta a llamar la atención de la comunidad internacional sobre las realidades que enfrentan millones de niñas en el mundo.

En nuestro país 6,3 millones de niños, niñas y adolescentes se encuentran por debajo de la línea de pobreza. En Córdoba, 5 de cada 10 niños, niñas y adolescentes son pobres, según el informe más reciente de “Incidencia de la pobreza en niños y adolescentes en Argentina”, elaborado por el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES).

América Latina es además la región con más tasa de embarazos en niñas y adolescentes, según la ONU. En Argentina, cada año 3.000 menores de edad se convierten en madres.

En ese marco, desde la ESCMB entendemos que garantizar cada uno de los derechos de la niñez y adolescencia, con perspectiva de género y derechos humanos, es urgente y prioritario.