El edificio de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano se inauguró oficialmente el 22 de septiembre de 1968 y conmemorar este hito representa un orgullo para toda nuestra comunidad escolar. Como exponente del brutalismo, su arquitectura se erigió sobre un terreno de una hectárea, que en el proyecto se define originalmente como «un volumen unitario, abierto por medio de terrazas al Río Suquía, con un único plano de techo, debajo del cual se producen todas las actividades que se llevan a cabo en áreas cubiertas».

Invitación original a la inauguración del nuevo edificio de la ESCMB.

“La estructura de hormigón armado deja a la vista su rugosidad. Un poco como los edificios de piedra de la antigüedad. Esto hace que tenga una presencia urbana fuerte, como el esqueleto de un dinosaurio”, señala el el Arq. Fabio Grementieri, quien integra el equipo de conservación y puesta en valor del edificio ubicado en calle La Rioja 1450.

La declaración de Monumento Histórico Nacional

La Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano fue declarada Monumento Histórico Nacional el 27 de noviembre de 2019, mediante el decreto presidencial 2019/791. De este modo, el edificio de la ESCMB ubicado a la vera del Suquía, que fue construido entre 1960 y 1971, fue reconocido como exponente del brutalismo, una corriente arquitectónica en sí misma revolucionaria.

Los ventanales cuadrados que integran la vista del frente de la Escuela, buscan dialogar con las casas más chicas de Alberdi, aunque ese vínculo ha ido cambiando con el paso de los años. Al construirse edificios más altos esa sensible relación fue variando. Sin embargo, “la fachada sobre el río sigue siendo un gran mirador. En Córdoba no existe otro edificio que dialogue tan bien con el río Suquía”, destaca el Arq. Grementieri.

“La Escuela está viva y se renueva, a medida que transcurren los años, los ciclos lectivos, desde hace ya más de 80 años”, explica la Directora de la ESCMB, Prof. Andrea Marinelli. “Este edificio, próximo al río, significa para todos los que lo habitamos día a día un orgullo personal y colectivo.

“El hecho de que podamos transitar una Escuela viva, nos interpela: por su geometría, por sus espacios, por su diseño y sobretodo por su historia”, señala Marinelli y agrega: “Desde el día en que fue pensada, diagramada, proyectada, hay una historia muy profunda llena de luchas e ideales para ser materializados bajo esta estructura tan imponente”.

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