La sentencia Diedrichs-Herrera

La espera de justicia ha determinado tantas vidas, cotidianos y luchas que el tiempo de escucha a los acusados, indiscutible desde el derecho constitucional, hace más largos los días de sentencia. Aún más después de un año de aislamiento social y virtualidad.

Sin embargo y como bocanada de aire, sobrevivientes, hermanas, hermanos, hijos e hijas de las víctimas junto a sus familiares, amigos, seres queridos estuvieron presentes el lunes 22 de febrero en Tribunales Federales Nº1 donde se escuchó la sentencia del proceso judicial “Diedrichs-Herrera” que comenzó el 9 de septiembre de 2020, el 12º juicio por delitos de Lesa Humanidad en Córdoba. Más de 40 años después de ocurridos los hechos tenemos certezas sobre la importancia de juzgar a los responsables para construir un país más justo, en el cual el Estado demuestre que no es posible la continuidad de un modelo de impunidad.

Fue un juicio peculiar. La pandemia mundial condujo a nuevos desafíos respecto al acompañamiento de las víctimas, el trabajo con instituciones, organizaciones y vecines comprometidos con la memoria, la verdad y la justicia. Asistimos a un nuevo juicio de lesa humanidad con modalidad semipresencial y con audiencias testimoniales transmitidas por el canal de YouTube del Tribunal Oral Federal. Es la primera vez que esta instancia fue transmitida completa, en vivo, sin restricciones para ser vista y escuchada en cualquier momento.

Los testimonios sobre solidaridades, compromisos y lazos interpersonales que hasta el día de hoy se inscriben en lxs cuerpxs, impulsó a rescatar nuestros propios gestos solidarios; re significando la importancia de lo humano. A su vez permitió visibilizar lugares que funcionaron como centros clandestinos, identidades políticas perseguidas, el plan sistemático del disciplinamiento social por parte de los responsables y las lógicas de la impunidad con la que convivimos durante tantas décadas y que al día de hoy cuesta derribar. Cada nuevo juicio permite profundizar en el entramado social y político los hechos que se juzgan ¿Qué significó en la historia política de nuestro país la planificación de delitos por parte del Estado en contra de determinadas identidades políticas, y cómo se impuso ese plan en toda la sociedad? 

De manera global, la sentencia del juicio “Diedrichs-Herrera” culminó con ocho condenados a prisión perpetua, cinco a 18 años de prisión, uno a 4 y dos absueltos. 

Una vez más un juicio por delitos de lesa humanidad abrió el cielo y aclaró las miradas, invitó a la multiplicación de las construcciones de memorias desde lo cotidiano y habilitó preguntas a aquel pasado que es nuestro presente.

Un juicio fundamental para el Belgrano

Si bien todos los juicios de lesa humanidad son una instancia clave y vital para el proceso de Memoria, Verdad y Justicia, este caso implicó una significación particular para el ejercicio de hacer memoria al interior de la comunidad educativa de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, dado que cuatro de las víctimas fueron estudiantes de nuestra Escuela.

Se trata de cuatro jóvenes, dos de los cuales ya eran egresados al momento de sus secuestros: José Oscar Akselrad de 21 años y estudiante de Agronomía; Hugo Eduardo Donemberg también de 21 años y estudiante de Psicología. En cuanto a los otros dos, se encontraban cursando su 5° año y tenían 16 años, al momento de su desaparición: Gustavo Daniel Torres participante del Centro de Estudiantes, y Claudio Román, delegado de su curso en el mismo gremio estudiantil. Todos ellos, jóvenes llenos de sueños y pasiones, comprometidos en la construcción cotidiana de un mundo más justo y solidario.

Mirá la sentencia aquí:

Víctimas de la causa Herrera

Ernesto Martín Mora; José Oscar Akselrad; Alfredo Gustavo D’Angelo; Juan Carlos González Velarde; Wenceslao Vera; Adrián José Ferreyra; Francisco Isidoro Zamora; Luis Rodolfo Ojeda Sierra; Ángel Gustavo Jaeggi Díaz; Edelmiro Cruz Bustos Benavides; Horacio Mario González; Donemberg Hugo Eduardo; Gustavo Daniel Torres; José Alberto García Sola. Yolanda Mabel Dámora; Omar Alejandro Olachea; Bruno Carlos Castagna; Viviana Beatriz Real Meiners; Eduardo José Bicocca; Graciela Haydee Torres Bonaldi; Zulema Edith Bendersky; Néstor Albino Acosta; Olga Yolanda Mamani; Luis Eduardo Torres; Manuel José Campos; Aldo Oscar Ojeda; Ramón Antonio Ramírez Castellanos; Carlos Ángel Salles; Amado Vicente Aostri.

Víctimas de la causa Diedrichs

Claudio Luis Román, Miguel Ángel Ernesto Arias Cuello, Juan Carlos Soulier, Adriana María Díaz Ríos y Luis Roberto Soulier.

Estudiantes del Belgrano, ¡Presentes!

Gustavo Daniel Torres, Claudio Román, Hugo Eduardo Donemberg y José Oscar Akselrad fueron estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano y son cuatro de las víctimas involucradas en los hechos de terrorismo de Estado que buscará esclarecer el 12º Juicio de Lesa Humanidad en la Provincia de Córdoba.

Gustavo Daniel Torres, nacido el 11 de febrero de 1960 en la ciudad de Córdoba, estudiaba en la Escuela Superior de Comercio “Manuel Belgrano”, participando del Centro de Estudiantes, contaba con dieciséis (16) años cumplidos cuando fue secuestrado, la madrugada del 11 de mayo de 1976, permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio «La Perla» y continúa desaparecido.

Claudio Román, nacido el 4 de abril de 1960 en la ciudad de Córdoba, cursaba quinto año en la Escuela Superior de Comercio “Manuel Belgrano”, era delegado de curso y militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (U.E.S.). Fue secuestrado la madrugada del 27 de julio de 1976 de su domicilio en barrio Residencial América, en presencia de su padre y sus hermanos. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio «La Perla». Tenía 16 años. Sus restos fueron recuperados por su familia y fueron sepultados en el Cementerio San Jerónimo de la ciudad de Córdoba. Hoy, el espacio del Centro de Estudiantes Manuel Belgrano lleva su nombre.

Hugo Eduardo Donemberg, nacido el 21 de julio de 1954 en la ciudad de Córdoba, cursó el secundario en la Escuela Superior de Comercio “Manuel Belgrano”, egresando en 1972 con los títulos de Bachiller y Perito mercantil. Al año siguiente ingresó a la carrera de Psicología de la Facultad de Filosofía y Humanidades, en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Hizo el Servicio Militar Obligatorio en 1974 y fue dado de baja en abril de 1975. Trabajaba como obrero en la Cervecería Córdoba y militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Fue secuestrado la madrugada del 29 de abril de 1976 de su casa, en un edificio de calle Colón al 1880, en barrio Alberdi, en presencia de su mujer, el portero del edificio y un vecino. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio «La Perla». Su mamá Paulina, su esposa Mónica y su hijo reclamaron ante distintas autoridades por su desaparición. Tenía 21 años. Aún continúa desaparecido.

José Oscar Akselrad nació el 27 de junio de 1955 en la ciudad de Córdoba, egresó de la Escuela Superior de Comercio “Manuel Belgrano” y al momento de su secuestro estaba cursando el tercer año de la carrera de Agronomía en la Universidad Nacional de Córdoba, donde había ganado por concurso un cargo de Ayudante en la cátedra de Botánica I, colaborando además en el Centro de Estudiantes de esa Facultad. Militaba en Línea de Acción Sionista Socialista (LASS). Fue secuestrado la noche del 26 de marzo de 1976 de su casa en barrio Alberdi, en presencia de su familia. Permaneció cautivo en San José de la Quintana y en los Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio «Campo de la Ribera» y «La Perla». Tenía 21 años. Aún continúa desaparecido.

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